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Sunday, April 23, 2006

La credibilidad cuestionada en el agro

ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN
NO HAY PROPUESTAS SERIAS
(23 de abril de 2006)
El crecimiento del sector ha sido apenas del 3,2 de la meta del 6 por ciento.

Son muchos los episodios políticos de la Semana de Pasión, pero el rasgo común que los caracteriza es el tema de la credibilidad. ¿Qué es cierto? ¿Qué es una impostura o una calumnia? Los dardos van y vienen de un campo al otro. Inclusive, tardíamente he conocido la entrevista del Ministro de Agricultura en donde se cuestionan las cifras que yo he venido citando en mis columnas. Cualquiera creería que son el fruto de mi imaginación, cuando corresponden a datos oficiales que no deberían ser controvertibles por el propio sector oficial de donde emanan.

He dicho, por ejemplo, que de un año a otro el área cultivada se redujo en 232 mil hectáreas y, ahora, resulta el señor Ministro con que, lejos de reducirse, se han acrecentado las áreas cultivables, y la diferencia estriba en que no me ocupé ni de la reforestación, ni de la pesca como conquistas del actual Gobierno. Y, como si esto fuera poco, pasé por alto el incremento en las hortalizas y en otros cultivos secundarios que compensan la disminución en la papa, en el arroz, en el maíz, aun en el propio café, y en cereales como el trigo, que explican la necesidad de importar los millones de toneladas para la subsistencia del pueblo colombiano, a costa del empleo que esta demanda genera en otros países.

El balance del 2005 no puede ser más desfavorable. Reducción de hectáreas sembradas, incremento de los cultivos ilícitos, 860 mil toneladas menos de alimentos de cereales, reducción de la inversión, incremento de la pobreza rural, mínima participación del crédito para el sector (4,5 por ciento del total nacional) y miles de toneladas de alimentos almacenados sin poder venderlos en el mercado. El crecimiento del sector ha sido apenas el 2,3 por ciento de la meta del 6 por ciento. Quiebra de empresas agroindustriales, escándalos por corrupción en entrega de créditos y tierras, destituciones de altos funcionarios, malestar en el Congreso. Los gremios de la producción y aun los propios colegas admiten el balance desfavorable de la política agropecuaria en el 2005.

El Departamento Nacional de Planeación prevé un estancamiento del sector agropecuario en el 2006. Es así como la meta actual no supera el 3 por ciento, cuando aún no se ha firmado el TLC con los Estados Unidos. No existe una clara política de Estado para el sector a largo plazo, sino que vivimos de soluciones utópicas, que contribuyen a confundir a los productores del campo y a perpetuar los problemas del agro en momentos en que los agricultores reclaman soluciones perdurables, que efectivamente puedan ser llevadas a la práctica, aun en las circunstancias más adversas de los productores rurales.

Sin embargo, con el nombre de ‘Agro ingreso seguro’ se va a presentar el proyecto de ley consistente en seis "articulitos" redactados a la carrera, para poder justificar el fracaso de las negociaciones del sector agropecuario en el TLC, dizque apelando a los escasos subsidios de carácter interno, o aumentando el valor del dólar, o entregando tierras a diestra y siniestra, medidas todas tan improbables como toda utopía o la ingenuidad propia del populismo.

Increíble, pero el Gobierno tiene previsto destinar 500 mil millones de pesos en subsidios que compensen el choque del TLC. Ya se está pensando en destinar tan solo 350 mil millones para pagos definidos en función del precio en cultivos de maíz amarillo y blanco, arroz, fríjol rojo, trigo, cebada, sorgo, soya, sector avícola y porcícola, al punto de que ya imaginamos a nuestros productores del sector agrario haciendo cola como cualquier pensionado.

Al mismo tiempo, se omite cualquier alusión a la agrobiotecnología en este documento de apoyo compensatorio, lo cual equivale a darles un confite a los representantes de cada gremio para obviar la falla grave de una verdadera solución al campo, cuando da grima el desamparo de los productores de alimentos. ¡Y pensar en 1.000 millones para inspección y sanidad, 50 mil millones para ICR y 75 mil millones anuales para subsidiarle la tasa de interés, no al productor sino a la banca!

No vemos por ningún lado propuestas serias en el sector, sino peleas y escándalos, olvidándose de prestar atención a programas o herramientas que quizá compensarían los altos costos financieros de los créditos rurales y la bajísima participación del sector bancario en el financiamiento del sector, o sea que, para la investigación científica y técnica solo hay nominalmente alusiones o la hipotética creación de un instituto dedicado a la programación, coordinación, seguimiento y evaluación de las actividades propias de la transferencia de tecnología en materia agraria. Con tan parcos recursos no se puede contar para los desplazados con un programa eficiente de ocupación productiva, de fortalecimiento del seguro agrario o de comercializadoras por sector.

En vísperas electorales, parecería que le están rindiendo más problemas agropecuarios que soluciones al sector sobre el cual se ciernen más amenazas que a otros, a quienes les ha correspondido la bonanza financiera y el alza constante de los productos de la minería.

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